Yo creo que es un momento fabuloso para vivir con los niños, y sí ya sé que en algunas ciudades lo de coger sitio es un engorro y la espera se hace larga con los niños, pero creo que verles la ilusión en esas caritas tiene un precio incalculable.
Es verdad que los niños tienen esa ilusión apabullante y tremendamente hermosa, pero nosotros papás y mamás revivimos las nuestras, y nos suele llenar un poquito el corazón de aquella ilusión de nuestra infancia.
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