Es algo tradicional que se hace en casi todas las ciudades de España y en muchos pueblos.
Yo creo que es un momento fabuloso para vivir con los niños, y sí ya sé que en algunas ciudades lo de coger sitio es un engorro y la espera se hace larga con los niños, pero creo que verles la ilusión en esas caritas tiene un precio incalculable.
Es verdad que los niños tienen esa ilusión apabullante y tremendamente hermosa, pero nosotros papás y mamás revivimos las nuestras, y nos suele llenar un poquito el corazón de aquella ilusión de nuestra infancia.
La cultura terapéutica y los libros infantiles
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Siguiendo en la línea de lo que estuve hablando ayer sobre esa denuncia
social que se hace patente en la LIJ de las últimas décadas, he creído
convenient...
Hace 1 hora
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